He pensado que en lugar de usar una afirmación era más apropiado elaborar el título con una pregunta ya que, a mi modo de ver, el interrogante deja más posibilidades que las que se limitan a una respuesta. Propondré una procurando dejar el paso libre a otras posibles contestaciones a esta pregunta.
Pese a que ya hace muchos años que se viene predicando la muerte de Dios la religión sigue subsistiendo a esto y a miles de años de experiencia religiosa del ser humano. Simplemente con este hecho ya se podría tener una pista de lo enraizada que se encuentra en la naturaleza humana.
Desde la perspectiva de la historia ya nos encontramos con cuidados funerarios desde los primeros enterramientos hallados y esto es lo que nos puede dar la primera pista. Ante lo inevitable, la muerte, surge una no aceptación más allá de la desaparición física. Si ya desde estos primeros enterramientos los enterradores simplemente se hubiesen limitado a sepultar el cadáver o a aplicar los hábitos culturales en uso no encontraríamos un cuidado y una preocupación especial por el difunto pese a lo claramente irracional de ésta. Surge entonces la respuesta emotiva, un “no puede ser que sea así” que es alimento de la fe religiosa, porque la religión (a diferencia de la filosofía) encuentra su fundamento último en la respuesta emotiva frente al sufrimiento teniendo a la esperanza como guía. Busca trascender, un ir más allá de los límites permitidos al ser humano para encontrar una explicación a las últimas preguntas existenciales. Es la conciencia de nuestra finitud que lleva a la necesidad de buscar la armonía con la totalidad. Esto es lo que se representa en la oración, es un ruego, un deseo, una emotividad que busca una realización. Después podrá llegar la búsqueda de la comprensión y explicación de ese sentimiento religioso mediante la teología o los ritos y preceptos que guíen, pero lo emotivo es lo que precede.
Hace años me decidí a escribir unas líneas sobre una canción de góspel de “Los Lobos” que me gustaba mucho. Precisamente el góspel llama a la persona hacia a Dios y en este caso en concreto pienso que refleja la necesidad de llegar a un lugar en el que poder estar en paz después de las penurias de la existencia humana. Siempre tuve el convencimiento de que perfectamente se podría interpretar en unas exequias a modo de despedida. Hace unos días lo pude comprobar cuando encontré esta interpretación del tío de un chico (David Chase Jr.) que había muerto a los dieciséis años.
SOMEDAY
Someday, I will go home
Someday, I will go home
And I'll find peace in the house
Of my heavenly father
I will fear, pain no more
.
I know down in my heart
I know it won't be long
And I shall see the face
Of my savior
I will fear, I will fear
I will fear, pain no more
.
Someday, I will go home
Someday, I will go home
And I shall take the hand
Of my savior
I will fear, I will fear
I will fear, pain no more
Pese a que ya hace muchos años que se viene predicando la muerte de Dios la religión sigue subsistiendo a esto y a miles de años de experiencia religiosa del ser humano. Simplemente con este hecho ya se podría tener una pista de lo enraizada que se encuentra en la naturaleza humana.
Desde la perspectiva de la historia ya nos encontramos con cuidados funerarios desde los primeros enterramientos hallados y esto es lo que nos puede dar la primera pista. Ante lo inevitable, la muerte, surge una no aceptación más allá de la desaparición física. Si ya desde estos primeros enterramientos los enterradores simplemente se hubiesen limitado a sepultar el cadáver o a aplicar los hábitos culturales en uso no encontraríamos un cuidado y una preocupación especial por el difunto pese a lo claramente irracional de ésta. Surge entonces la respuesta emotiva, un “no puede ser que sea así” que es alimento de la fe religiosa, porque la religión (a diferencia de la filosofía) encuentra su fundamento último en la respuesta emotiva frente al sufrimiento teniendo a la esperanza como guía. Busca trascender, un ir más allá de los límites permitidos al ser humano para encontrar una explicación a las últimas preguntas existenciales. Es la conciencia de nuestra finitud que lleva a la necesidad de buscar la armonía con la totalidad. Esto es lo que se representa en la oración, es un ruego, un deseo, una emotividad que busca una realización. Después podrá llegar la búsqueda de la comprensión y explicación de ese sentimiento religioso mediante la teología o los ritos y preceptos que guíen, pero lo emotivo es lo que precede.
Hace años me decidí a escribir unas líneas sobre una canción de góspel de “Los Lobos” que me gustaba mucho. Precisamente el góspel llama a la persona hacia a Dios y en este caso en concreto pienso que refleja la necesidad de llegar a un lugar en el que poder estar en paz después de las penurias de la existencia humana. Siempre tuve el convencimiento de que perfectamente se podría interpretar en unas exequias a modo de despedida. Hace unos días lo pude comprobar cuando encontré esta interpretación del tío de un chico (David Chase Jr.) que había muerto a los dieciséis años.
Someday, I will go home
Someday, I will go home
And I'll find peace in the house
Of my heavenly father
I will fear, pain no more
.
I know down in my heart
I know it won't be long
And I shall see the face
Of my savior
I will fear, I will fear
I will fear, pain no more
.
Someday, I will go home
Someday, I will go home
And I shall take the hand
Of my savior
I will fear, I will fear
I will fear, pain no more
(Cito la anécdota de memoria): al parecer, en cierta ocasión Hannah Arendt fue a confesarle a su rabino que había perdido la fe. Y éste le replicó algo así como: "¿Y quién se la exige?" Valga el episodio para abrir modestamente una vía que amplía las posibilidades del hecho religioso, en tanto éste no necesariamente se limita al aspecto emocional mostrado por la fe. El acto, véase reflejado por rito, mishvot, rezo, etc. implica estados psicológicos a veces muy complejos y, repito, no necesariamente reductibles a lo que solemos entender por "fe". Bueno, esto tan sólo es un apunte, pero, por supuesto, la cuestión es bastante más complicada...
ResponderEliminarShalom.
Tengo un amigo ateo que me suele comentar que, a veces, siente que Dios tiene que existir por fuerza, ya que no encuentra otra razón por la cual siga existiendo gente buena con lo rentable que resulta, a todos los niveles, ejercer el mal en nuestra sociedad. Cree que esta especie de resistencia pasiva o de rebeldía solo puede proceder de que exista un hecho religioso pues contradice aparentemente la selección natural. Y esto es lo que, en ocasiones, hace que su ateísmo se tambalee. Me pareció curioso cuando me lo dijo. El caso es que continúa siendo ateo, pero, cada vez lee más libros de temática religiosa.
ResponderEliminarPor cierto, una canción preciosa.
Saludos.
Rafael: Es cierto que no es una cuestión simple y lo que apuntas es una dirección interesante. Sin embargo (y seguramente por ignorancia o por mis orígenes) me cuesta no reducir las distintas variantes a un sustrato que esté ligado de alguna forma con lo que significa la fe.
ResponderEliminarLa indicación que se cita en el Evangelio de San Juan: "No pretendas comprender para creer, sino antes cree para comprender" (que de idéntica forma San Anselmo asumió bajo el "No quiero comprender para creer, sino que creo para poder comprender")parece que termina siendo el fin del camino de la explicación racional y el sustento religioso.
También me gustaría distinguir entre lo que significa la religión en sí y las expresiones culturales ligadas a la religión. Ya imagino que cuando hablas de "estados psicológicos" no te refieres a esto, pero en la palabra religión muchas veces van mezcladas expresiones culturales que son más susceptibles de ser comprendidas por otras disciplinas (la antopología, por ejemplo) que por la propia dimensión religiosa del ser humano.
Dizdira: La existencia del mal tiende a llevar comunmente a la interrogación por Dios (precisamente las distintas teodiceas han intentado conciliar a ambos), así que es bastante lógico que tu amigo pueda llevar un rumbo así si tiene esa inquietud.
Creo que, en cierto modo, se puede asociar con lo que está citado en la entrada ya que vuelve a ser el sufrimiento (una de las dimensiones del mal) la que motiva a la persona a la búsqueda religiosa.
Saludos para ambos.
R., cuestión de hilo conductor. Desde cierta perspectiva cristiana (desde luego, las que citas) cuesta sustraer el hecho religioso a la cuestión de la fe, en efecto. En el judaísmo, o al menos desde la óptica de ciertos pensadores judíos (citaré al menos tres que conozco algo: Spinoza, Derrida y Levinas) tal vez la cuestión, como decía, se complique. De todos modos, no creo que sean planteamientos excluyentes; en todo caso, alternativos. Nuevas ópticas suelen implicar nuevos enriquecimientos de las cuestiones, nada más. Y nada menos. Valga lo mismo para los diferentes acercamientos al hecho religioso que puedan hacerse desde diferentes disciplinas; la antropología de la religión, por poner un ejemplo, no creo que excluya a la teología, pero sí que me parece, en ocasiones, un interesante complemento (así, La rama dorada de Frazer, sin ir más lejos). Pero bueno, tratar esto con un mínimo de cuidado llevaría mucho más espacio y atención de la que puedo permitirme aquí.
ResponderEliminarShalom.
Muchas gracias Rafael.
ResponderEliminarShalom.