Jaume Santandreu, el cura "gay", y Can Gazà.

Jaume Santandreu cura
Jaume Santandreu es una persona atípica. Bastaría con presentarlo como habitualmente se le conoce, “el cura gay”, para darse cuenta de que los caminos por los que ha discurrido su vida no han sido los habituales. Es obvio decir que está proscrito y marginado por la Iglesia católica. Más que por motivos teológicos por una cuestión de escándalo, que es lo que no soporta la Iglesia ya que atenta contra su situación de poder. No hay que olvidar que hay más sacerdotes con la misma orientación de Jaume, sólo que ellos no han salido del “armario”. Para Santandreu, en cambio, esos tiempos pasaron hace mucho. Teniendo asumida su condición de marginado el declararse tal como es no le supone ninguna pérdida, por el contrario le permite afrontarse a sí mismo con más dignidad.Santandreu comprendió hace mucho su situación de víctima y como tal entendió que su lugar está, sobre todo, con los de su condición, los marginados. Como el mismo Santandreu dice “Yo me he acercado a los marginados porque soy un marginado.” Y precisamente aquí está la valía porque, de la misma forma que un psicólogo no puede ayudar verdaderamente a sus pacientes si no sabe ver en sí mismo los problemas que ellos padecen, un marginado no puede ser ayudado por alguien que no se sienta también marginado. Santandreu resumen esto diciendo “tú no puedes ayudar a un marginado desde arriba”, lo que viene a ser similar a cuando Jesús predicaba que el que quiera ser el primero deberá de ir al último lugar. Precisamente “arriba” es el término adecuado porque el no estar al mismo nivel, aparte de no permitir comprender verdaderamente la situación, otorga una posición de poder. Las vinculaciones entre el poder y el mal son grandes y sinuosas.
Ser marginado es una condición peculiar y distinta de la de excluido. Mientras que los últimos no entran para nada en el juego, los primeros se ven obligados a mantenerse en los bordes. Son la prueba del fracaso de la sociedad y ella misma los repudia como el que ha equivocado y prefiere torcer la cabeza para no admitirlo. Incluso la sociedad puede conseguir provecho de las personas a las que marginó porque no le servían o porque, siguiendo lo que ella predicaba, destrozaron sus vidas y con ello su capacidad de producir para el sistema. Ahora son unos avisos mudos. Están ahí para recordarles a los que se mantienen dentro de la sociedad lo que puede acabar siendo de sus vidas si no caminan por los márgenes marcados.
Ser marginado es una de las formas de entrar en la pobreza y los pobres “molestan” les demos limosna o no (Nietzsche). Esto es así porque interpelan a nuestra humanidad. No es posible pasar ante un pobre (en cualquiera de sus formas) y salir con la humanidad personal indemne. Pero los pobres y los marginados no son lo que parecen, tienen la virtud de mostrar a las claras lo que es la condición humana. La incertidumbre, la carestía, lo precario…. a fin de cuentas, el que todos somos igual de fracasados porque a todos nos espera la muerte como destino. Es por esto que en los pobres se refleja más claramente la condición del ser humano y, por lo tanto, suponen la verdadera ilustración y ejemplo en la vida (“los últimos serán los primeros” [Mt 20,16]). De la opulencia, en cambio, no suele nacer nada positivo. Los objetos materiales suponen una tentación para el espíritu y el exceso de ellos (Marx) fácilmente puede derivar en corrupción. Mientras en las ricas sociedades occidentales se vive con miedo (a menudo miedo a perder las posesiones), en el mundo de los pobres no puede haber temor a perder lo que no se tiene pero sí que puede haber un camino para que aflore la esperanza.
Santandreu decidió hace años fundar Can Gazà con el sentido que tiene en la actualidad, el de ayudar a los marginados. Una iniciativa que nació también desde la marginación (y no me refiero únicamente a la de la Iglesia). De la misma forma que el protagonista de “Bendición de la tierra”, la novela de Knud Hamsun, Santandreu se vio obligado a dar un paso al frente para construir desde cero y con sus propias manos algo que tuviese sentido. Un lugar en el que los marginados pudiesen recuperar en alguna medida la dignidad que la sociedad les negaba.

4 comentarios:

  1. He visto el documental, ciertamente dramático. Pero ofrecen, cada uno de ellos, un testimonio importantísimo. Esta gente puede ayudar a otras personas a que no caigan en los mismos errores, para que salgan adelante y sepan amarse a sí mismos. Silenciarlos hará que otros caigan en la desesperación y repitan los mismos errores. Sus voces deben ser escuchadas, ellos tienen algo que enseñarnos.
    Saludos.

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  2. No conocía a este hombre extraordinario. Me ha gustado mucho el documental y la concepción que tiene Jaume de la ayuda, en el sentido de que se corrompe o, al menos, pierde eficacia cuando ésta se profesionaliza. He tenido experiencias en este sentido y lo que dice es una gran verdad porque el "profesional" ayuda desde arriba y tiende a considerar como inferiores a los sujetos de su trabajo. Por otro lado, es muy valiente por su parte afirmar su homosexualidad en el contexto que le ha rodeado.
    En cuanto a tu post, me parece muy acertada la distinción que haces entre excluídos y marginados. No lo había visto así hasta ahora, pero llevas razón en que el rol de marginado es si cabe más doloroso y complejo, aparte de desempeñar una función social distinta. Los marginados, ya sean culturales, ideológicos, raciales, económicos, etc, siguen estando dentro de la sociedad haciendo equilibrios en el margen que les llevaría a la exclusión pero con un pie todavía dentro. Los mendigos y demás excluídos se intenta que no causen problemas serios, pero por otro lado se procura que sean visibles, para servir de aviso a quienes quieran escapar de las normas. En las mismas plazas públicas en las que se instalaban los cadalsos antaño se sigue exhibiendo hoy a los descarriados.
    Un texto magnífico para la reflexión.
    Saludos.

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  3. Jordi:

    Yo diría que, sobre todo, es la historia lo que es dramático. Creo que el documental está "vestido" con las ropas que necesita una cadena mayoritaria (aunque sea sobre algo anticomercial como esto). Por ejemplo, el actor de doblaje no me parece la mejor elección (con ese tono de voz peculiar suele hacer personajes malvados, como en "El cuervo"), también la música o algunos recursos "melodramáticos" para que el espectador promedio (que es bastante insensible) sienta pena de alguna forma, aunque sea mediante la sensiblería. Lo mismo podría decir de la presentación pseudoidílica que se hace algunas veces de algunas personas de la casa. Sabiendo que Santandreu se ha preocupado infinitamente más de estar con "los suyos" que de aparecer en medios de comunicación no me extrañaría que le diese un poco de risa el resultado final del vídeo. En cualquier caso ya digo que una cosa no quita la otra y me sigue pareciendo muy válido que se hagan documentales así.

    Eso sí, lo que comentas de las historias de las personas que aparecen aquí me parecen muy impresionantes. A mí me llamó la atención especialmente el hombre de la cojera (José Antonio Serrano), el que terminó haciendo el mismo error que su padre al pegar también a su madre. Al ser consciente de lo que ha hecho es la culpa personificada pero, sobre todo, es una víctima de la sociedad que lo marginó por su enfermedad y de la vida que le hizo reproducir los mismos vicios de su padre.

    De los errores que han tenido los demás se puede "aprender" para no caer en los mismos pero también ilustran sobre más cosas porque son el desavalimiento y el desamparo mismo. Algo que todos llevamos dentro enmascarado detrás de unas vidas en casas limpias, con títulos universitarios, con un Estado que creemos que se preocupa por nosotros,....

    Dizdira:

    En la ayuda siempre hay algo fariseo, algo de vanidad. Cuando ayudamos a alguien tenemos el regusto de sentirnos buenos, de sentirnos mejores. En realidad así de nuevo se utiliza a los pobres en beneficio de los que no lo son. Nos sirven para que veamos los buenos que somos. La verdadera ayuda es la desinteresada, la que se hace de igual a igual porque, como decía antes, todos somos unos fracasados aunque en muchas ocasiones no queramos reconocerlo (por lo pronto todos vamos a morir). Esta ayuda desinteresada piensa en el otro y, por lo tanto, está más preocupada en que el otro pueda valerse por sí mismo que en que pueda recibir ayuda de nadie.

    Un abrazo para ambos.

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  4. hola soy salvador estoy montando un BELEN y quiero que los donativos recaudados sean destinados a esta asocion benefica por la gran lavor que hace el padra JAIME SAN ANDREU el belen se podra visitar en la c/ Osells n 31 E SON COTONETapartir del dia 15 de diciembre ESPERO VUESTRAS VISITAS MI CORREO DE CONTACTO SAUNASPARTACUS@HOTMAIL.COM

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