El argumento de la “Apuesta” de Pascal por Dios se basa en la incapacidad de la razón para solucionar el problema y en que todos estamos en la partida, con lo que estamos obligados a jugar, es lo mismo que lo queramos o que no. El planteamiento se basa en lo siguiente: Si no apuesto por la existencia de Dios, entonces apuesto por su inexistencia. Generalmente se apuesta por la inexistencia porque resulta una opción más cómoda. Solemos preferir ignorar a la muerte o a la posibilidad de la salvación eludiendo pensar en estos temas mientras nos distraemos a lo largo de nuestra vida con banalidades o cualquier tipo de asunto mundano. Si por el contrario decidimos apostar por la existencia de Dios cada uno de nosotros se juega en esa apuesta su vida terrenal, pero como ésta es de escaso valor (al menos para Pascal) no hay mucho a perder. La conclusión es entonces que debemos apostar ya que hay mucho a ganar y poco a perder.
La Apuesta de Pascal no es fruto de la casualidad. Se basa en una visión de la realidad humana y de su relación con Dios (que procede en buena parte del jansenismo) junto con la reinterpretación de las doctrinas del pecado original y de la miseria humana de San Agustín.
Aunque él tenía una fuerte fe también estaba convencido de que las pruebas de la existencia de Dios no servían para nada ya que le resultaba imposible que la fe se demostrase mediante la razón. Posiblemente la condena de Galileo por parte de la Iglesia supuso un hecho importante para que Pascal dejase bien claro lo que es susceptible de ser comprendido mediante la razón y lo que puede ser comprendido mediante la fe. Esta fe tiene además como característica que proviene del corazón de la persona y que nadie puede hacer nada por conseguirla si no la tiene. No se obtiene mediante la sabiduría ni mediante el esfuerzo, es Dios quién concede la fe a quién se le antoja. No lo hace como un premio a los méritos obtenidos, simplemente se la otorga mediante la gracia a quién desea por unos motivos que escapan a la comprensión humana y mediante una forma por la cual no hay manera de rechazar ese don.
Como era de esperar este argumento ha sido criticado en multitud de ocasiones. Para un teólogo cristiano un planteamiento de este estilo fácilmente será considerado blasfemo, pero para cualquier otra persona no puede dejar de ser sorprendente que por un lado se afirme que no podemos hacer nada para conseguir la salvación y por otro se nos promueva a renunciar a todo por si a Dios se le "ocurre" salvarnos. Ya que carecemos de la capacidad de decidir sobre nuestro destino (por lo pronto en este aspecto), no sería necesario "sacrificar" nuestra vida si total será Dios el que decidirá por nosotros. Además Pascal, aunque "apuesta" por la probable existencia de Dios, lo que ya hace con certeza es renunciar a la existencia humana, porque si no existiese Dios habríamos desperdiciado nuestra vida, vida que podría encontrar otro fin. En cambio él, desde la influencia de San Agustín, sólo asume que desde el vacío de la condición humana sólo se podría llegar a encontrar un único sentido a la existencia en esta visión de Dios. En conclusión, no puedo ocultar mi simpatía por el argumento pero es evidente que responde más a una racionalización de una emotividad que a algo verdaderamente fundado. Una vez interrogadas las razones creo que resulta obvio lo inconsistente e irracional de la "apuesta" por Dios.
La Apuesta de Pascal no es fruto de la casualidad. Se basa en una visión de la realidad humana y de su relación con Dios (que procede en buena parte del jansenismo) junto con la reinterpretación de las doctrinas del pecado original y de la miseria humana de San Agustín.
Aunque él tenía una fuerte fe también estaba convencido de que las pruebas de la existencia de Dios no servían para nada ya que le resultaba imposible que la fe se demostrase mediante la razón. Posiblemente la condena de Galileo por parte de la Iglesia supuso un hecho importante para que Pascal dejase bien claro lo que es susceptible de ser comprendido mediante la razón y lo que puede ser comprendido mediante la fe. Esta fe tiene además como característica que proviene del corazón de la persona y que nadie puede hacer nada por conseguirla si no la tiene. No se obtiene mediante la sabiduría ni mediante el esfuerzo, es Dios quién concede la fe a quién se le antoja. No lo hace como un premio a los méritos obtenidos, simplemente se la otorga mediante la gracia a quién desea por unos motivos que escapan a la comprensión humana y mediante una forma por la cual no hay manera de rechazar ese don.
Como era de esperar este argumento ha sido criticado en multitud de ocasiones. Para un teólogo cristiano un planteamiento de este estilo fácilmente será considerado blasfemo, pero para cualquier otra persona no puede dejar de ser sorprendente que por un lado se afirme que no podemos hacer nada para conseguir la salvación y por otro se nos promueva a renunciar a todo por si a Dios se le "ocurre" salvarnos. Ya que carecemos de la capacidad de decidir sobre nuestro destino (por lo pronto en este aspecto), no sería necesario "sacrificar" nuestra vida si total será Dios el que decidirá por nosotros. Además Pascal, aunque "apuesta" por la probable existencia de Dios, lo que ya hace con certeza es renunciar a la existencia humana, porque si no existiese Dios habríamos desperdiciado nuestra vida, vida que podría encontrar otro fin. En cambio él, desde la influencia de San Agustín, sólo asume que desde el vacío de la condición humana sólo se podría llegar a encontrar un único sentido a la existencia en esta visión de Dios. En conclusión, no puedo ocultar mi simpatía por el argumento pero es evidente que responde más a una racionalización de una emotividad que a algo verdaderamente fundado. Una vez interrogadas las razones creo que resulta obvio lo inconsistente e irracional de la "apuesta" por Dios.
Me parece una excelente idea iniciar un blog sobre Teología.
ResponderEliminarCon respecto a la apuesta de Pascal, parece mentira, pero el viernes estuve viendo "Una Noche con Maud", de Rohmer, no sé si la conoces -si no es así, te la recomiendo. La película no solo incluye interesantes debates entre sus personajes sobre la apuesta de Pascal sino que su argumento mismo también gira en torno a este problema. Rohmer, através de su protagonista, critica también la teología de Pascal básicamente por su rechazo a las cosas buenas y hermosas de este mundo, postura que es considerada como poco cristiana.
En cuanto a mí, coincido contigo en que el argumento de Pascal me resulta muy atractivo, con ese atractivo inmediato que tienen ciertos argumentos falaces. Yo añadiría otra critica al argumento: la apuesta no es sólo entre dos opciones. La existencia de múltiples religiones que prometen un premio infinito a cambio de ciertas renuncias finitas, multiplicaría el número de las apuestas posibles y, con ello, la perplejidad del jugador. ¿Por qué Dios apostaremos, por el católico, el protestante, el musulmán, el judío...?
En lo que sí coincido plenamente con Pascal es en que quizá debamos renunciar a la razón para explicar la existencia de Dios y relegarla únicamente al terreno de la fe. Es algo que yo entiendo muy bien, porque mi conversión al Islam es muy reciente y ha surgido tras treinta años de ateísmo. Nadie, ni nada puede hacerme entender qué me ha ocurrido.
Me alegro de reencontrarte en un nuevo e interesante blog.
Saludos.
Te agradezco mucho el apoyo. Además estas cosas siempre se aprecian más cuando se comienza algo y sólo se ve el "desierto" en todas direcciones.
ResponderEliminarCon Rohmer tuve una "experiencia" algo desagradable hace muchos años. Fue una de las dos únicas veces que salí de un cine antes de que terminase la proyección y desde entonces le he vuelto la cara a este director por sistema (seguramente de forma injustificada). De todas formas lo que comentas de esa película resulta muy interesante. Como ya estoy habituado a desdecirme creo que puede merecer la pena intentar verla.
En cuanto a Pascal, precisamente la vía de las múltiples religiones es otro problema no resuelto que deja el argumento. Pascal, en buena parte por el papel revelador que otorga a Jesucristo sobre nuestras miserias y sobre la verdad de Dios, decide quedarse únicamente en el cristianismo pero evidentemente la apuesta se puede multiplicar legítimamente en tantas direcciones como religiones pueda haber.
Hace bastantes años me pasó una anécdota que en parte creo que se puede asociar con la estructura del argumento. Compré un disco por un precio varias veces mayor del que tendría en condiciones normales. Mis amigos me decían que estaba "loco" por pagar semejante cantidad pero, en cambio, visto desde esa perspectiva, a mí me parecía una ganga porque en realidad estaba pagando dinero por algo que no tiene precio con lo que la transacción era muy ventajosa para mi entender. Volviendo ahora a la "apuesta" de Pascal es obvio que volcarse hacia Dios porque “compensa” de una manera tan "mercantilista" no deja de resultar mezquino.
En cuanto al uso de la razón para llegar a Dios creo que a estas alturas ya resulta obvio que no se ha dado con una explicación enteramente convincente. Parece que hay un punto en el que la razón (la "diosa" de filosofía) queda superada y no alcanza a asir lo que pretende alcanzar. Entonces sólo queda afirmar el absurdo o seguir el camino que ofrece la religión. Lo particular de la religión es que ofrece respuestas que pueden confirmar la existencia de Dios o dar significado a la existencia humana, pero desde las "razones del corazón". También es característico de los seres humanos el buscar una explicación hasta lo que sea posible. Imagino que entonces la fe tiene mayor sentido cuando se puede creer en lo que no se entiende.
Gracias de nuevo y saludos.
Gracias por tu compartir...Dios.
ResponderEliminarGracias por tu visita.
ResponderEliminaryo creo q pascalillo tenia un pedo cuantico
ResponderEliminargracias
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